viernes, 27 de mayo de 2016

¿De qué equipo sos?


Las preguntas (del millón) que mis alumnos de 5° grado de escuela primaria me hacen todos los años...
1) ¿Cuántos años tenés? (Y allí suelo responder que tengo más de 100, pero que me conservo bastante bien por comer frutas y verduras... Ellos ya me conocen, y por suerte no creen que tenga esa edad... Igualmente, tarde o temprano, les confieso mis 46 años...)
2) Y la segunda pregunta que me hacen desde el primer día de clases y se extiende a lo largo del año es: ¿De qué equipo de fútbol sos? ¿De Boca o de River? (Esos son los equipos más conocidos en Argentina)
Ellos insisten: -Dale decime, ¿de qué equipo sos?
Primero les respondo ¨Soy del equipo que gane¨ (Me río...)
Y luego les confieso: -De ninguno (Ahí los desoriento... No pueden creerme... Se ve que es imposible no ser de ningún equipo...)
-¿De ninguno?
-De ninguno...
-Pero sos de Argentina, cuando juega con otros países, ¿no?
Y ahí esperan que yo grite ¨¡¡¡SÍ!!!¨
Sonrío sin responder (ahí vuelvo a desorientarlos...)

Si un partido de fútbol es un juego para divertirnos, es maravilloso.
Les confieso que si yo veo un partido de fútbol, ya es un milagro. Hoy estaba jugando ¨mi país¨... Y me llamó poderosamente la atención ver que un jugador del ¨otro país¨ estaba lesionado, y filmaron a uno de ¨mi país¨ que ni lo miró... no se arrimó para ayudarlo o para preguntarle cómo se sentía... nada... y eso que estaba cerca... ¡Ah! ¡Claro! Era el ¨rival¨...

El año pasado un alumno ¨competía¨ con otros en un juego, y al ver que ¨su rival¨ se había lastimado, dejó de competir y se acercó a ayudarlo, corriendo el riesgo de ¨no llegar a ganar¨... A mi alumno no le importó ganar... De hecho, no ganó... Pero el ¨premio¨ lo recibió en su corazón...

No estoy de acuerdo con los acontecimientos en donde la competición es el estímulo para separar personas o naciones, ubicándolas en el lugar de ¨rival¨... Ya se ven los sentimientos que despiertan en muchas personas si su equipo pierde o gana. En las tribunas se ve gente con sentimientos muy exagerados: Una depresión absoluta o una euforia total...

Me pongo a pensar: ¿Acaso la alegría se da cuando ¨gana¨ el propio país...? Si fuese así, la alegría se daría también cuando hay empate... sin embargo, al empatar, la alegría no es total... ¿O acaso la alegría se siente cuando el equipo ¨rival¨ pierde?
¿Por qué una bandera o un equipo de fútbol nos ¨separa¨ del resto de países...?
¿Qué sentimos cuando el que llamamos ¨rival¨ pierde...?
¿Qué le pasa a un ser humano si ve que el jugador del equipo contrario se retuerce de dolor por haber sido lesionado, y estando a su lado ni lo mira...?

Evolucionaremos cuando una bandera, o un equipo, o una ideología no nos separen, y cuando la solidaridad y la empatía para ayudar a los demás sean más valoradas que el egoísmo... Y cuando un juego sea tomado como lo que es, en donde ganar o perder, sea sólo un juego.

Namasté
Stella Maris

Pulsando en la siguiente imagen, te regalo todas...

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