A veces una simple y sencilla situación
cotidiana nos transporta a la infancia... o más bien (y sin ser conscientes de
ello) reeditamos conductas infantiles...
Despertamos un conjunto de reacciones propias de un Ego infantil herido...
Despertamos un conjunto de reacciones propias de un Ego infantil herido...
Reconocer que se trata justamente de
nuestro Ego infantil herido, sería un acto de ¨valentía¨ y de ¨madurez en progreso...¨
Aunque, en la mayoría de los casos, sólo nos quedamos anclados juzgando de mil
maneras al ¨culpable entorno que causó semejante reacción en nosotros...¨
Bienvenida sea la experiencia cotidiana
que gatilló esa infantil conducta, pues será la oportunidad
de hacer consciente las partes de nuestro Ser que aún no logramos transmutar...
Mi confesión:
Soy una de esas personas que aún por
momentos se deja llevar por el Ego infantil herido, y, ante una inesperada
situación cotidiana (en primera instancia) encuentro en el ¨afuera¨ las causas
de mi mala reacción...
Me transporto a la edad que tenía en la foto, y respondo como tal...
Juzgo...
Me enojo...
Me pongo triste...
Me pongo triste...
Afirmo ¨Si no hubiera pasado tal cosa, yo no reaccionaba así...¨
(Ojo: no me estoy refiriendo puntualmente a temas graves que pueden ocurrir en la vida, sino a situaciones cotidianas imprevistas, que no deseábamos que pasaran...)
(Ojo: no me estoy refiriendo puntualmente a temas graves que pueden ocurrir en la vida, sino a situaciones cotidianas imprevistas, que no deseábamos que pasaran...)
En el mejor de los casos, logro hacer un alto en el camino para tomar consciencia de la situación... aunque a veces es difícil lograrlo sola...
Y me encuentro con alguien que ¨sacude mi reacción infantil¨... me ayuda a crecer... y empiezo a ¨ver la realidad¨...
Y me encuentro con alguien que ¨sacude mi reacción infantil¨... me ayuda a crecer... y empiezo a ¨ver la realidad¨...
Confieso que ¨no es agradable¨ y ¨me da
vergüenza¨ reconocer un Ego infantil herido...
Confieso también que mi primera reacción es la negación y el enojo cuando alguien ¨sacude mis conductas infantiles¨ para mostrarme la realidad.
Pero también reconozco que, sin esa toma de consciencia, seguiría mirando para afuera, como lo hice
durante tantas vidas...
Namasté
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