Cuando dos personas discuten creen que "ganar" es devolver (multiplicada) la agresión que reciben, hasta destruir los argumentos del oponente.
No gana el que devuelve lo mismo que recibe, sino aquél que recuerda que en su interior hay un mundo de luz, y que sólo de él mismo depende encenderla.
No gana el que participa de una guerra, por más que esté dotado de las mejores armas. (En una guerra nunca gana nadie.)
No gana el que participa de una guerra, por más que esté dotado de las mejores armas. (En una guerra nunca gana nadie.)
Más bien, la posibilidad de ganar se logra expandiendo la paz por más que el oponente intente (por todos los medios) provocar la guerra.
La paz definitiva se logra cuando comprendemos que el oponente deja de serlo, porque voluntariamente elegimos ver su luz que integramos a la nuestra, y ambas se expanden.
Stella Maris ♡
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