Todos provenimos de una Familia de Sangre,
aquella con la cual compartimos lazos sanguíneos que nos unen...
Podemos llevarnos bien o no tanto...
Nuestra Alma necesitó nacer en esa Familia
de Sangre y cada uno de los miembros con los cuales compartimos esa
familiaridad cumplen un rol importante en nuestro crecimiento.
Esas Familias de
Sangre nos marcan el Alma de la mejor o de la peor manera... Nos ayudan a
crecer expandiendo nuestro Ser o nos provocan hasta sacar lo peor de nosotros
para justamente hacernos notar cuánto nos falta para crecer...
No se trata, por
ejemplo, de aceptar el maltrato, sino de entender que esa dura experiencia se
presentará para (en el mejor de los casos) obligarnos a cambiar nuestra
actitud que consistirá, por ejemplo en ¨corrernos del blanco de tiro¨, o
fortalecer nuestro espíritu desarrollando las aptitudes que teníamos dormidas,
o ayudar a otros que les pase lo mismo, etc...
Los niños pequeños son los más
vulnerables, y son quienes se les hace más difícil poder entender y manejar tal
cuestión. Para ellos, los padres son ¨un ejemplo¨ aunque justamente sean lo
contrario, y seguramente defenderán a esos padres por más que vean que en el resto
de las familias no se producen esos maltratos. Por eso deberán ser otros adultos que rodean a esos niños quienes tomen la responsabilidad de poner freno
a tal cuestión.
Las Familias de Sangre nos marcan
condicionando muchos de nuestros pensamientos, sentimientos y emociones que
perdurarán por el resto de nuestras vidas...
Familias de Sangre constructivas ...
Familias de Sangre destructivas...
Las hay de las dos clases...
Las que destruyen nuestro Ser nos
obligarán a trabajar en la muy difícil tarea de aprender a juntar esas partes
que se rompieron en mil pedazos... Dura tarea que necesitaremos hacer a lo
largo de nuestras vidas... Y aprender a lograrlo será un laberinto complejo
que necesitaremos desentrañar para llegar a destino...
Las Familias de Luz estarán compuestas por
aquellos Seres maravillosos que nuestra Alma necesita reencontrar a lo largo de
nuestras sucesivas vidas y pondrán Luz cuando nuestra Alma esté anclada sin
saber cómo avanzar.
Esa bella ¨familiaridad¨ que sentimos con gente que nunca habíamos
visto... o esa ¨coordinación perfecta¨ para llevar adelante nuestra misión... o
las necesarias ¨sacudidas de nuestra mente y corazón¨ que esos miembros de
nuestra Familia de Luz nos provocan hasta hacernos entender para qué vinimos a
este plano...
Esas y tantas otras hermosas acciones son las que dan cuenta que
todos tenemos una bella Familia de Luz...
Lo importante será aprender a descubrirla.
Namasté
Stella Maris
Pulsando en la siguiente imagen, te regalo todas...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario