Cuando empezamos a recorrer el camino que nuestra misma alma eligió, creemos que será tal como lo soñamos o como lo planificamos...
Bendito sea el camino que NO SOÑAMOS, porque es el que nos enseñará lo que durante tantas vidas nos resistimos a aprender...
Las piedras que encuentro en el camino las buscó mi alma...
¿Por qué me enojo entonces...?
¿Por qué las trato de correr...?
Si sólo a través de esas piedras que hoy me molestan aprenderé lo que durante tantas vidas postergué o rechacé.
No es cuestión de ¨aprender que existen piedras...¨ sino de aprender que esas piedras serán un medio para mejorar mi respuesta...
¡Aún tengo tanto para aprender!
Sensibilizarme o enojarme por encontrar piedras en el camino (esas piedras que yo misma busqué) no es sinónimo de un ser despierto... lo reconozco...
Bueno, al menos ¡lo reconozco! ¡jajaja!
De aquí en más, ¨apenas¨ me falta pasar del reconocimiento a la modificación de mi respuesta...
Y si me niego (como tantas veces lo hice... en tantas vidas...) postergaré mi aprendizaje.
Dejar de culpar a los demás, es un buen inicio...
No vine a juzgar comportamientos ajenos que no me agradan.
No tengo derecho a juzgarlos...
No me sirve de nada juzgarlos...
Después de todo, mi alma los eligió.
No tratemos de correr las piedras...
Intentemos entender qué es lo que nos enseñarán a cambiar en nosotros mismos...
A todos les digo: Gracias por existir
Namasté!
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