¨Separar la paja del trigo…¨
Esta frase que todos conocemos me pareció
interesante para empezar mi artículo.
Y en internet encontré la explicación de
su significado:
¨Cuando los seres humanos
se afianzaron como agricultores, no tardaron en fabricar herramientas e
ingeniárselas para hacer sus faenas más eficaces. De tal forma, luego de
cosechar el trigo y dejar que se seque, se lo sometía a un proceso de zarandeo
mediante el cual los granos seguían en el soporte utilizado y las pajas, más
livianas y volátiles, eran arrastradas por las corrientes de aire. Terminado el
trabajo, los granos quedaban en su lugar desprovistos de la innecesaria paja,
para ser molidos en procura de la harina. Desde entonces, para
hacer las cosas bien y no confundir o mezclar elementos de distinta naturaleza,
se apeló a esta antiquísima frase.¨
Aprendimos a
separar la paja del trigo… y lo hacemos a menudo… en situaciones de diversa
índole.
A esa famosa
frase (metafóricamente hablando) la voy a derribar… la voy a contradecir… la voy a negar… o, más bien, la voy a
transformar…
Estoy leyendo un
libro llamado ¨El Final de tu Mundo. Comentarios sobre la naturaleza de la
Iluminación¨ de Adyashanti, en el cual explica, entre otras cosas, en qué
consiste el despertar de las personas. Dice: ¨Todo el sentido del yo
desaparece. Su manera de percibir el mundo cambia repentinamente, y encuentran
que no sienten ninguna separación entre ellos y el resto de la existencia¨
Bien. Ahora analicemos lo siguiente: Los seres
humanos nos solemos ¨ubicar¨ en un lugar en el que compartimos características
de un grupo determinado, ya sea por afinidad o por la aceptación propia del
principio de autoridad… Aceptación que más de una vez no tiene ninguna lógica y
eso se evidencia en quienes aprueban el 100 % de las acciones o pensamientos de
un grupo (político, religioso, deportivo… etc). Y hasta llegamos a combatir con
toda ironía o crueldad a quienes están enfrente, pues decimos que son personas que, ¨por supuesto¨
no tienen ni un ápice de razón, por lo que están ¨completamente
equivocadas…¨
Recordemos que: Si sentimos odio por los del ¨grupo de enfrente¨, el odio queda en nosotros, multiplicado.
Recordemos que: Si sentimos odio por los del ¨grupo de enfrente¨, el odio queda en nosotros, multiplicado.
No hablaré de
política, nunca lo hago en este grupo. Aunque tengo mis ideas medianamente
armadas en estos temas, prefiero no debatir aquí a favor o en contra de un
partido político determinado.
Iré al grano: En Argentina se realizaron las votaciones. En general se ha visto gente a favor de
un lado, y gente contraria… o gente que no era partidaria de ninguno de los dos
grupos…
Me pregunto
cuántos de nosotros somos capaces de ver ¨al de enfrente¨ como ser humano, sin
atacarlo por ser diferente… sin odiarlo por pensar diferente… sin despertar
nuestra ira por las características negativas que pudimos evaluar y ¨encontrar…¨
No importa de
qué lado estemos… Para el objetivo que tengo hoy al escribir este artículo, da
igual. Y sería importante no quedarnos anclados sólo en temas políticos…
vayamos más allá… pensemos en todos los ámbitos en los que nos movemos...
¿Acaso somos
capaces de empezar a acercarnos a las características de los seres humanos
¨despiertos¨ que no sienten ninguna separación entre ellos y el resto de la
existencia?
Se trata de no sentir odio ni separación con el resto de
la existencia…
¿Y si empezáramos a percibir a los demás desde la perspectiva del amor...?
¿Y si (metafóricamente hablando) ubicáramos a los demás en el lugar de hijos... percibiéndolos con amor de madre/padre...?
No me refiero a ¨jugar a ser madre/padre...¨ sino a sentir ese amor que ellos pueden dar a un hijo, aún sabiendo que ese hijo no tiene las características que los padres soñaron...
¿Y si empezáramos a percibir a los demás desde la perspectiva del amor...?
¿Y si (metafóricamente hablando) ubicáramos a los demás en el lugar de hijos... percibiéndolos con amor de madre/padre...?
No me refiero a ¨jugar a ser madre/padre...¨ sino a sentir ese amor que ellos pueden dar a un hijo, aún sabiendo que ese hijo no tiene las características que los padres soñaron...
Y no hablo de
¨estar de acuerdo en todo¨ sino de sentir paz y amor.
No hablo de ¨mirar
al otro¨sino de aprender a percibir lo que
sentimos en nuestro corazón…
No importa ¨quién
empezó¨ a plantar las diferencias… o quién es el ¨culpable¨… No se trata de seguir mirando lo que hizo el ¨otro¨... porque el ¨otro¨ es una parte de nosotros mismos...
Entonces, aquí, sugiero que NO
separemos la paja del trigo…
Si queremos
¨despertar¨ empecemos a cambiar la manera de percibir el mundo, y esto se dará
cuando sintamos que no hay ninguna separación entre nosotros y el resto de la
existencia.
Aunque haya diferencias en el pensamiento... ¿podemos dejar de lado la separación…?
¿En estos casos,
podemos empezar a ¨no separar la paja del trigo¨…?
¿O aún se nos
hace imposible…?
Si decimos que
queremos ¨despertar¨ empecemos a hacerlo…
¡Namasté!
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